Dos son las estrategias habituales de planificación y seguimiento de proyectos, que no se deben emplear en scrum.
La primera es estimar la duración en unidades de tiempo y planificar la ejecución sobre un diagrama de Gantt.
Esta estrategia es coherente para tareas que se ejecutan de forma procedimentada, pero no es adecuada para trabajos del conocimiento ni para trabajos creativos.
La construcción de un muro es un ejemplo de tarea de este tipo. Podemos calcular los metros de pared que construye una persona al día, para planificar cuánto tardará en completar un trabajo de dimensión conocida.
Si el ritmo de avance diario de una persona es de 3 metros, en un proyecto de 30 metros de pared podemos asignar a la tarea con una duración de 10 días.
Si necesitáramos entregarlo antes podríamos emplear a dos personas para acabar en la mitad de tiempo.
Pero si en lugar de hacer un muro se tratara de escribir una novela ¿también sería adecuado emplear unidades concretas, como el número de líneas o de páginas que escribe al día una persona y conocer de antemano cuántas tendrá la novela para trazar un plan y seguir su avance?
¿Es posible reducir el tiempo a la mitad o a la tercera parte, duplicando o triplicando el número de personas?
La segunda estrategia de gestión tradicional, que no se emplea con scrum, es calcular el avance midiendo el trabajo realizado.
La gestión predictiva supone que si se han estimado 10 días para hacer una pared, después haber trabajado 5 se habrá completado la mitad. Esto es, calcula el avance midiendo el trabajo realizado.
Sin embargo scrum no calcula el avance midiendo cuánto trabajo se ha hecho, sino el que queda por hacer, porque los proyectos ágiles funcionan con dos premisas opuestas a los proyectos tradicionales:
1.- No es posible descomponer y trazar el trabajo con la precisión necesaria para elaborar una plan predictivo (Gantt).
2.- El producto final no tiene una definición cerrada desde el principio. Evoluciona durante el desarrollo. Si se trata de hacer una pared de 10 metros, después de haber hecho 5 sabremos que nos quedan otros cinco, pero no será así si podemos admitir que el cliente puede variar el trazado o la altura a medida que avanza la construcción.
Por estas razones scrum usa unidades relativas para estimar el esfuerzo de cada tarea y monitoriza el avance estimando a diario lo que queda, y no lo que se ha hecho (p. ej. con un gráfico de avance o burndown)