Frónesis es la característica principal de los nuevos líderes, según afirman los autores que hace 30 años acuñaron el término Scrum: Nonaka y Takeuchi.
Si con su artículo de 1986 “The New New product development game“, conceptualizaron los principios de scrum como un ecosistema de trabajo en equipo basado en principios distintos a los tradicionales hasta entonces, ahora en “The Wise Leader” presentan otro nuevo paradigma; esta vez para los líderes.
Según Nonaka y Takeuchi los nuevos líderes no basan sus decisiones en conocimiento científico y técnico, propio de la formación tradicional de directivos, sino en la sabiduría obtenida de la práctica, que además de la capacidad para encontrar respuesta a un contexto particular incluye “virtud” en la toma de decisiones para que éstas sirvan al bien común.
Los mismos autores que conceptualizaron el marco de trabajo scrum, las diferencias y relaciones entre conocimiento tático y explícito y la evolución de éste en forma de espiral dialéctica, argumentan ahora que los líderes tradicionales gestionan con conocimiento explícito. Que a muchos les resulta difícil reinventar sus empresas al ritmo que hoy marca la tecnología, la demografía y el mercado. El liderazgo tradicional es incapaz de desarrollar organizaciones para operar en un escenario global, y sobre todo le resulta difícil transmitir a las personas valores éticos. Los CEO’s ya desfasados, según esto, siguen creyendo que la codicia es buena y que el objetivo del negocio es el máximo beneficio.
“Los gerentes suelen basarse en el conocimiento explícito que puede ser medido, codificado y generalizado” dicen Takeuchi y Nonaka. Sin embargo este enfoque “supone un mundo independiente del contexto y busca respuestas universales y predictivas”. “Todo el conocimiento explícito del mundo no ha evitado el colapso financiero mundial de hace tres años o la quiebra de Lehman Brothers”
Afectada por el engaño y la codicia, la gente está molesta por la ausencia de valores y ética en los negocios. Las empresas de Wall Street pensaron que podían manejar riegos mayores usando números, datos y fórmulas científicas en lugar de analizar con sabiduría la naturaleza de los préstamos.
Lo mismo ocurre con la industria del automóvil de EE.UU. que se basa en la oferta de incentivos financieros en lugar de comprender las necesidades del cliente. Depender sólo del conocimiento explícito impide conocer las dependencias del contexto y su análisis en el entorno social.
Nonaka y Takeuchi proponen en su artículo la frónesis aristotélica, síntesis del conocimiento científico y técnico, como clave del nuevo liderazgo, y la definen como “el conocimiento tácito adquirido por la experiencia que permite a las personas hacer juicios prudentes y actuar de forma adecuada a cada situación, guiadas por los valores y la moral”.
Según los autores son seis los principios de los líderes sabios:
- Los líderes sabios toman decisiones sólo después de averiguar lo que es bueno para la organización y la sociedad.
- Captan rápidamente la esencia de las situaciones y los problemas, comprendiendo la naturaleza y el significado de las personas, las cosas y los hechos
- Crean contextos de trabajo basados en el diálogo y el consenso
- Saben cómo elaborar metáforas e historias para transformar la esencia de su experiencia en el conocimiento tácito de los individuos y los grupos.
- Tienen la capacidad política de reunir a personas con objetivos en conflicto y estimular a la acción.
- Fomentan el desarrollo de la frónesis en otros.